Desprescripción de inhibidores de bomba de protones, ARN fecal para detección temprana del cáncer colorrectal, factor clave de la colestasis hepática
La desprescripción de inhibidores de la bomba de protones requiere una evaluación cuidadosa del paciente y una estrategia de retirada gradual
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son ampliamente utilizados para tratar diversas afecciones gastrointestinales; sin embargo, su uso prolongado se asocia a potenciales efectos adversos, como deficiencias de vitaminas, riesgo de fracturas e infecciones. La desprescripción de inhibidores de la bomba de protones, es decir, la reducción de dosis o la interrupción del tratamiento, se presenta como una estrategia para optimizar el uso de estos fármacos y minimizar riesgos.[1]

Existen diferentes guías y consensos de expertos que abordan y describen los pasos del proceso de deprescripción:
Identificar a los pacientes candidatos a la desprescripción.
Considerar la indicación inicial del tratamiento.
Verificar cuánto debe durar el tratamiento.
Conocer la dosis actual.
Poner en balance el riesgo-beneficio. Los expertos proponen evaluar a pacientes que han recibido inhibidores de la bomba de protones durante más de ocho semanas.
En cuanto a estrategias para la desprescripción, hay que tener en cuenta que la supresión brusca del tratamiento puede provocar hipersecreción ácida de rebote, por lo tanto, la retirada debe ser gradual y se deben considerar las preferencias del paciente. Hay dos opciones:
Reducción gradual: disminuir la dosis a 50 % durante 3-4 semanas y luego retirar después de una semana de mantenimiento en la dosis más baja del inhibidor de la bomba de protones.
Aumento del intervalo: administrar la dosis cada 2-3 días hasta la retirada y considerar el tratamiento a demanda si el paciente presenta síntomas.
Además, recomiendan monitorizar al paciente para evaluar la respuesta a las cuatro y 12 semanas.
ARN fecal, opción como biomarcador para la detección temprana del cáncer colorrectal
Buscando herramientas para disminuir la incidencia de la enfermedad
El cáncer colorrectal sigue siendo un desafío para la salud pública en España y es el médico de atención primaria quien juega un papel crucial en el diagnóstico temprano a través de un interrogatorio adecuado, la participación en programas de cribado, la identificación de pacientes de alto riesgo y la derivación oportuna al especialista. Sin embargo, las herramientas actuales de detección temprana, como la prueba de sangre oculta en heces con inmunoquímica (SOHi), presentan limitaciones que dificultan la identificación precisa de pacientes con lesiones precancerosas o cáncer en estadios iniciales.[2]
La sangre oculta en heces con inmunoquímica, aunque ampliamente utilizada, genera un número considerable de falsos negativos y falsos positivos, lo que puede llevar a la realización de colonoscopias innecesarias. Por otro lado, la colonoscopia, considerada el estándar de oro, es invasiva, costosa y no siempre es bien aceptada por los pacientes, lo que limita su uso en programas de cribado poblacional. En este contexto, los microARN han surgido como una alternativa prometedora para la detección temprana del cáncer colorrectal. Estas pequeñas moléculas de ARN no codificante se pueden detectar en diversos fluidos corporales: son moléculas resistentes a cambios de temperatura y pH, y su recolección de muestras de heces, en particular, es sencilla y no invasiva para las y los pacientes. Estudios recientes han demostrado que la expresión de los microARN permite diferenciar entre etapas del cáncer colorrectal e identificar individuos sanos, con lesiones precancerosas o el tumor como tal.
Además, se ha investigado la posibilidad de conjuntar el análisis de microARN en heces con la sangre oculta en heces con inmunoquímica para mejorar la detección del cáncer colorrectal. Los resultados indican que esta combinación aumenta la sensibilidad de la prueba, permitiendo identificar a pacientes con adenomas avanzados que podrían pasar desapercibidos con la sangre oculta en heces con inmunoquímica sola.
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Los microARN fecales, solos o combinados con la prueba de sangre oculta, se presentan como candidatos prometedores para la detección temprana del cáncer colorrectal, aunque se necesitan estudios más amplios y rigurosos para validar su utilidad clínica y estandarizar los procedimientos de análisis.
Stard1 es un factor clave en la progresión de la colestasis hepática
Contribuciones españolas para entender mejor las enfermedades y buscar tratamientos innovadores
El grupo del Laboratorio de Hepatología Experimental y Vectorización de Fármacos (HEVEPHARM) del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) ha identificado el rol clave de la proteína Stard1 en las enfermedades hepáticas colestásicas.[3]
Stard1 regula una vía mitocondrial alternativa para la síntesis de ácidos biliares, dependiente de la disponibilidad de colesterol en las mitocondrias. Utilizando muestras de pacientes con colangitis biliar primaria (CBP) y modelos experimentales de colestasis obstructiva y química, encontraron que la proteína Stard1 contribuye significativamente al daño hepatocelular, inflamación y fibrosis, factores que aceleran la progresión de la enfermedades hepáticas colestásicas; además, observaron que la eliminación genética de Stard1 en hepatocitos de ratones protegió contra el daño hepático y la progresión de la enfermedad.
El equipo a cargo de la investigación concluyó que Stard1 tiene un papel previamente no reconocido en la colestasis, lo que sugiere que esta proteína puede ser un objetivo terapéutico novedoso para tratar enfermedades hepáticas colestásicas.[4]
Referencias
Franzi A., Massot M, Rubio A. Criterios y pautas para la retirada de un inhibidor de la bomba de protones. FMC. Dic 2024;31(10):509-511. doi: 10.1016/j.fmc.2024.02.014. Fuente
Madaula M, Marzo-Castillejo MM, Mascort J. Determinación de RNA fecal para cribado de cáncer colorrectal. FMC. Dic 2024;31(10):512-515. doi: 10.1016/j.fmc.2024.04.001. Fuente
Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca. Descubren un papel clave de la proteína Stard1 en las enfermedades hepáticas colestásicas. IBSAL. Publicado el 15 de enero de 2025. Consultado en versión electrónica. Fuente
Conde de la Rosa L, Fàbrega L, Torres S, Nuñez S, y cols. Stard1 promotes cholestatic liver injury and disease progression by sensitizing to bile acid hepatotoxicity. Hepatology. 9 Dic 2024. doi: 10.1097/HEP.0000000000001184. PMID: 39652774. Fuente
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